miércoles, 21 de octubre de 2009

Leer...


Siempre hay tiempo, aunque sea un ratito cada día. Cuando todos se durmieron, en ese silencio, que de tan profundo aturde si no se aprende a disfrutar, y que solamente se quiebra con el crujido del papel al pasar de una página a otra. Una tranquilidad que llena nuestros oídos de una historia ajena, que se hace propia. Un reloj que sigue funcionando, las horas que pasan y, de pronto, es de madrugada. Cada descripción nos muestra un lugar diferente. Nos invita a sentir aromas, a vivenciar climas, a ponernos en la piel de otro. A reír con un personaje, de ficción o real (pero de otros tiempos), a sentir como propias sus tristezas, a recorrer su mismo camino…

Quizás, en solamente cuatro horas nacimos, crecimos, tuvimos hijos, los vimos madurar, superamos adversidades y llegamos al final de esta vida en la tierra, a veces de manera predecible y a veces no. Con la última palabra que leemos, ya empezamos a extrañar a esos otros, que durante un tiempo fueron tan reales como la propia vida. Tres, cuatro, cinco días –a veces muchos más– en los que buscamos cualquier excusa para alejarnos de nuestra realidad y sumergirnos en esas páginas. Sólo para volver a ellos, para dejarnos contagiar de sus vivencias. Después, cuando todo termina y pareciera que nos quedamos sin nada, empezamos a rescatar enseñanzas, y la sintonía con la historia se vuelve nostalgia y se transforma en aprendizaje.

En definitiva, leer es saber que uno no está solo. Es más, es una excusa para permanecer sin compañía y disfrutar justamente de esa soledad. Es vivir otra vida paralela. Es inspiración, es aprender de otros, es viajar con los sentidos, es seguir un razonamiento y aprender a pensar con él. Leer es descubrir el mundo y conocer otras religiones y costumbres. Leer es tener la certeza de que otros vivieron igual que yo, sufrieron como yo, rieron como yo y pudieron superar las pruebas más difíciles usando diversos recursos. Recursos de los que me puedo adueñar y poner en práctica. Leer es vivir con la certeza de que no estamos solos. Leer es una forma de caminar acompañados. Leer es una excusa para dejarnos llevar, que otro nos cargue. Leer es liberarse y es confiar que hay alguien más que mueve los hilos de la historia. De esta historia, la de ficción y la nuestra, la real, la de cada día. Leer es una experiencia que vale la pena vivir. Celebremos el placer de la lectura. Una costumbre muy recomendable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario